Rusia reconoce que el comercio con Argentina mejoró y espera avances
La propuesta del funcionario argentino sobre la relación con Rusia es clara: “Queremos desarrollar una relación con visión de futuro y progresiva con Milei”, asegura mientras confía que “el pueblo argentino sepa cómo avanzar y elegir a quienes estarán al frente”, así como también las prioridades en cuanto a negocios y diálogo global.
El viceministro de Relaciones Exteriores recuerda con cariño la gestión del expresidente Alberto Fernández, resaltando que durante ese tiempo Rusia se encontraba en una “fase avanzada de diálogo” sobre varios proyectos importantes. Hablamos de temas como la provisión de trenes eléctricos suburbano, tecnologías en el sector petrolero y de refinación, e incluso aspectos de cooperación nuclear.
Los límites del comercio bilateral y el vino argentino
Sin duda, la relación comercial entre Argentina y Rusia ha tenido sus altibajos. “Es cierto que antes nuestras relaciones bilaterales eran más sólidas. Deseamos que esos tiempos vuelvan”, expresa el funcionario, quien destaca que actualmente “el comercio es más limitado”.
Sin embargo, hay un producto que sigue brillando en el intercambio: el vino malbec argentino. “¡Somos adictos a él! Es indispensable en cualquier fiesta rusa”, confiesa con entusiasmo Ryabkov. Otros productos como frutas, carnes, pescados y quesos argentinos también forman parte de la dieta rusa.
Además, no se puede olvidar que Rusia envió a Argentina más de 20 millones de dosis de la vacuna Sputnik V contra el COVID-19, un hecho relevante en el contexto de la pandemia.
No obstante, encontrar cifras concretas que respalden el comercio entre ambos países se torna complicado. La información disponible de ambas partes es limitada. Salvador Scarpino, licenciado en Relaciones Internacionales, enfatiza que la relación comercial “es bastante marginal”, especialmente tras la operación militar rusa en Ucrania.
“A partir de ahí, dejaron de existir datos oficiales”, aclara Scarpino. Antes del conflicto, el comercio no superaba los u$s1.000 millones, un monto bajo para ser aliados estratégicos. “En 2021 exportamos alrededor de u$s400 millones, y en 2020 fue similar”, añade el especialista.
Las sanciones económicas han dificultado a las empresas argentinas establecer lazos comerciales más fuertes con Rusia. Además, el comercio tercerizado hacia países que decidieron mantener vínculos complica aún más la obtención de datos concretos.
La respuesta rusa al swap con Estados Unidos
Este medio consultó a Ryabkov sobre la nueva búsqueda de financiamiento del equipo de Milei con Estados Unidos, y cómo ello podría afectar la relación con Rusia. El funcionario mencionó que “Rusia no cuestiona en ningún momento la relación de entendimiento mutuo con EE. UU.” y, si Argentina logra fortalecer su moneda mediante un swap “ya sea con EE. UU., China u otros”, celebrarían el esfuerzo.
Sin embargo, Ryabkov no ocultó que Rusia lleva tiempo buscando “estructuras alternativas” a las instituciones de Bretton Woods, como el FMI y el Banco Mundial. Dado que es uno de los países más sancionados del mundo, el crecimiento económico sin depender de estas instituciones es fundamental. Este anhelo también implica que los países del sur global tengan “mayor participación y capacidad de decisión” en nuevas entidades.
A propósito, la alianza BRICS+ perseguía ese objetivo, pero el actual presidente argentino interrumpió la solicitud de incorporación que promovía la gestión anterior. “Respetamos plenamente esa decisión. Las puertas del bloque siguen abiertas”, comenta Ryabkov al respecto.
Estado de las negociaciones en el conflicto Rusia-Ucrania
El viceministro también habló sobre el estado de las negociaciones con Ucrania: “Se realizaron tres rondas de conversaciones en forma de delegaciones. Después, dejaron de responder a nuestros mensajes”, señaló, refiriéndose al conflicto que comenzó en 2022.
Tras el primer diálogo directo entre Rusia y Ucrania, se acordó “el 80% de lo que hubiera sido el tratado final”. Este incluía disposiciones para la desmilitarización, el retiro de capacidades de largo alcance y cambios en la legislación ucraniana, como la prohibición del idioma ruso en diversas áreas.
“Muchos dicen que Rusia se niega a hablar con Zelensky. Putin no está en contra de conversar con Zelensky, pero necesitamos claridad sobre los temas centrales que hay que acordar”, enfatiza Ryabkov, apuntando a una posible reanudación del diálogo.
El diplomático argumenta que la posición rusa se basa en el ataque a civiles ucranianos, el incumplimiento de acuerdos previos y la presencia de tropas en las regiones del este de Ucrania. “Esa realidad ha sido deliberadamente negada por Kiev, EE. UU. y la UE, que desempeñan un rol negativo”, sostiene.
Impacto económico de las sanciones occidentales
En el ámbito económico, uno de los golpes más fuertes para Rusia fue el congelamiento de más de u$s300.000 millones en activos del banco central ruso en Occidente. Esta situación llevó a la Unión Europea a idear un plan para usar los intereses de estos activos congelados para ayudar a Ucrania, lo que generó una fuerte condena por parte de Putin, quien lo describe como un “robo”.
Se espera que el gobierno ruso implemente medidas para confiscar activos extranjeros en sus territorios, mientras que la Comisión Europea ya está al tanto de estas intenciones. Las malas noticias no cesan: según informes, Rusia ha nacionalizado u$s50.000 millones en activos privados desde el inicio de la guerra, lo cual representa aproximadamente un tercio del gasto militar anual.
En medio de esta situación, el Kremlin ha afirmado que actuará para proteger sus intereses, lo que deja entrever un panorama complejo por delante.